La escuela es sin duda una de las etapas más emocionantes de nuestras vidas. Y dependiendo, puede ser que ir a clases de historia fuera uno de los momentos más divertidos de tu instrucción escolar, o uno de los capítulos más amargados de tu época de niño-adolescente (sobre todo si te tocó un maestro como Voldemort: calvo y muy malo.) Si eres de aquellos que gozaban oír de las peripecias de los antiguos griegos y egipcios, o bien la historia de la invasión normanda o la conquista de América, definitivamente eres de los míos. Seguramente aun recuerdas con vívido detalle todas las escenas que te contaron y que causaron un punto quiebre en la vida como la conocemos hoy… pero ¿Qué tan ciertas son?
La mente infantil es como una esponja: tiene la capacidad de absorber la información y retenerla. Por ello, los niños suelen repetir por aquí y por allá todo lo que aprendieron en las aulas. Pero ¿Qué pasa cuando las mentiras no sólo se repiten, sino que también se propagan, de boca a boca, y de generación en generación?
En realidad, no mucho de lo que te dijeron en la escuela sobre historia universal y de México es cierto, o por lo menos no del todo. Y aun en pleno siglo XXI nos siguen tomando el pelo. Sí, esos datos están basados en momentos o hechos reales, pero no ocurrieron tal y como fueron descritos para que las aprendieras al pie de la letra. Así que saca tu libro de historia y asegúrate de que tu lápiz tenga punta, por que en este blog refutaremos juntos 10 grandísimas mentiras históricas que durante años e incluso décadas nos hemos tragado sin chistar.
1. Napoleón Bonaparte no era un enano.
***Fuente de la foto: Wikipedia
Sin duda uno de los personajes más importantes e interesantes de la historia universal. Fue, antes que nada, uno de los estrategas militares y genios políticos más grandes de todos los tiempos. Sin embargo, hay un concepto muy cruel que desde siempre se ha enseñado en la educación básica sobre este gobernante. Ese mito es…su estatura. No solo en la escuela si no también en los medios, quedó el mito de que este hombre era bajito. Se solidificó fuertemente en caricaturas americanas de los años 30 y 40, y yo mismo recuerdo que en los libros de primaria en México, Napoleón es dibujado como casi un enano. Inclusive se atañó para el diccionario el término “complejo napoleónico”, para designar a una persona de baja estatura que posee mal genio y una personalidad soberbia. Por suerte, para redimirlo ante la historia, el médico que realizó la autopsia del emperador, tras su muerte en exilio a los 52 años, determinó que Napoleón medía unos respetables 1,68 m de altura. En tiempos modernos esto podrá parecer poco, pero en tiempos de Napoleón, la estatura del francés promedio, incluyendo la mayoría de sus soldados y cortesanos, era de 1,59 m de alto. ¡Eso significa que Napoleón en realidad era alto para sus tiempos!
2. María Antonieta no dijo ‘¡qué coman pastel!’
***Fuente de la foto: La Vanguardia
Una de las frases más famosas de la historia, seguro la recordarás: fue aquella que inició la Revolución Francesa. María Antonieta se ganó dicha reputación, por culpa de este comentario. Sin embargo, en realidad María Antonieta era una mujer inteligente y sensible que mostraba simpatía por las desdichas del pueblo pobre de París. Esta frase fue sacada de un relato del filósofo humanista Jean-Jacques Rousseau, y fue pronunciada por una princesa. En todo caso, para ese entonces la futura reina era aún una niña y no había sido coronada, razón por la cual era imposible que se referirse a ella. Fue todo culpa de un malicioso rumor por parte de los revolucionarios para hacer germinar el odio hacia la monarquía.
3. Albert Einstein no reprobó matemáticas.
***Gráfico de Vector Premium
A diferencia de los primeros dos puestos, este no se debió a la malicia, sino a un simple malentendido. Seguro durante toda tu vida te han hecho pensar que Albert Einstein, considerado el científico más brillante de todos los tiempos, fue un mal estudiante, y era particularmente pésimo en las matemáticas. Pero resulta que, en realidad, Einstein era un estudiante sobresaliente, con las mejores calificaciones de su clase. El malentendido se debe a que el sistema educativo alemán del siglo XIX calificaba de manera inversa a los sistemas educativos en la actualidad: el “1” era la calificación más alta, y el “10” la más baja. Entonces, los maestros de ese entonces consideraban que los estudiantes que sacaban puro 1 eran los más aplicados, y los que sacaban puro 10 eran los más mensos. Debido a esta discrepancia, al encontrar los libros escolares de Einstein con puros números 1, asumieron erróneamente que era el peor estudiante de su clase cuando en realidad, era el más excepcional. Lo cierto es que, si bien los profesores de Einstein siempre elogiaron su descomunal inteligencia, él por otra parte sentía fastidio por el proceso de aprendizaje casi mecánico que se impartía en las escuelas en las que se educó.
4. William Shakespeare y Miguel de Cervantes no fallecieron el mismo día.
***Fuente de la foto: Código Espagueti
El Día Internacional del Libro, proclamado así por la UNESCO en 1995, se celebra el 23 de abril en honor a estos grandes exponentes de la literatura universal. Sin embargo, si bien siempre nos han dicho que ambos genios fallecieron el mismo día del año 1616, esto es falso. Nuevamente, hablamos de un malentendido. Para ese entonces, Inglaterra aún no usaba el calendario gregoriano, que ya se había empezado a utilizar en la mayoría de los países católicos europeos como España, Italia, y Francia, si no que aun usaba el calendario juliano. Por lo tanto, la defunción del Bardo ocurrió el 23 de abril para los ingleses, pero era una división de diez días: la verdadera fecha de la muerte según el calendario gregoriano fue el 3 de mayo.
5. Thomas Alva Edison no inventó la bombilla eléctrica
***Fuente de la foto: DeGanadores
Si bien su optimismo y mentalidad de negocios son admirables y contagiosos, Thomas Alva Edison tenía fama de robar las ideas de otros genios y luego patentar los inventos como suyos. El ejemplo más infame podría ser el de la bombilla eléctrica. El verdadero inventor fue un alemán llamado Heinrich Goebel, pero Edison sacó su patente primero, quedándose con todo el crédito. Antes de Goebel, otros 22 científicos ya habían realizado experimentos con la bombilla eléctrica, incluyendo a quien en una ocasión fue socio de Edison, Nikola Tesla.
6. Cristóbal Colón no fue el primer europeo que descubrió América
***Fuente de la foto:
Otro personaje a quien se le da crédito erróneo por sus descubrimientos es a Cristóbal Colón. Sin duda un personaje clave en tus estudios de historia de México. Bueno, pues ¿qué si te dijera que él no fue el primer europeo que navegó hacia el Nuevo Mundo? El primero que logró esa hazaña fue el vikingo Leif Erikson en el año 992… ¡500 años antes que Colón! Tampoco fue él el primero en calcular que la tierra era redonda: ese honor se lo llevan los antiguos griegos dos mil años antes.
7. Vincent van Gogh no se mutiló una oreja por una enfermedad mental
***Fuente de la foto: My Modern Met
El excéntrico pintor holandés ganó fama por tener un severo caso de depresión y enfermedad mental, mismos que supuestamente lo llevaron a mutilarse la oreja con un cuchillo en un enfermo arranque de creatividad. Error. Van Gogh nunca se mutiló ninguna parte del cuerpo. Quien le arrancó la oreja fue su amigo, rival artístico, y amante Paul Gaugin, y no fue con un cuchillo, si no con espada durante un duelo que sostuvieron. La historia real salió a la luz tras la muerte del pintor.
8. Isaac Newton no desarrolló la teoría de la gravedad tras ser golpeado por una manzana en la cabeza
***Fuente de la foto: Museo Virtual de Ciencias CSIC
No, en realidad el físico desarrolló su teoría tras ser testigo de una manzana cayendo de un árbol, pero ya desde antes, ya había formulado que los objetos no se podían mover a menos que fueran afectados por alguna fuerza universal.
9. Abraham Lincoln no se oponía a la esclavitud.
***Fuente de la foto: The New Yorker
En 1863 el expresidente de EE. UU. escribió: “Si pudiera salvar a la Unión sin liberar a ningún esclavo, lo haría.” Y cuando se publicó la Proclamación de Emancipación en ese mismo año, únicamente fueron liberados los esclavos en los estados confederados. Lo cierto es que Lincoln también tenía esclavos y en vida no liberó a ninguno. Solo se les concedió la libertad tras el asesinato del presidente en 1865.
10. Los seres humanos no descendemos de los chimpancés.
***Fuente: El Imparcial de Oaxaca
Cierto, ambos pertenecemos al orden de los primates, y compartimos un ancestro común y 99% de nuestros genes. Sin embargo, el ser humano y el chimpancé evolucionamos por separado y somos dos especies distintas. Nuestro ancestro más reciente, según descubrimientos recientes, fue el A. amanensis, un homínido que ya caminaba en dos patas y usaba herramientas mientras los chimpancés aun empezaban a bajar de los árboles.
¿Ya te arruinamos la infancia? Comenta cuál de estos datos se te hizo el más sorprendente y compártenos tu opinión sobre si deberían haberte enseñado estas historias como en realidad fueron.