Hace mucho (desde la campaña de la lectura, de hecho) que no comparto mi filosofía sobre la buena escritura. Yo sé que muchos en mi audiencia se habrán visto inspirados a dedicarse a la escritura o por lo menos a tratar de escribir una buena historia. A todos los aspirantes a cuentistas en mi audiencia les comparto el patrón infalible de toda buena historia: El camino del héroe.
¿Qué tienen en común todas las historias?
Hay muchas maneras de contar una historia. Están las que te hacen reír; las que te hacen llorar; las que combinan ambas sensaciones de manera equilibrada: las que te transportan a otros mundos; las que te retratan la vida cotidiana, etc. ¿Qué tienen en común todos estos tipos de historias? Aunque no lo creas, todos ellos se rigen por la misma fórmula, que fue establecida por un estudioso de la historia y sus historias, al igual que yo.
El estudioso de los mitos
Fuente de la foto: Escaramuza
Joseph Campbell fue profesor de literatura en el Sarah Lawrence College en Nueva York, Estados Unidos. Se especializaba en mitología y religiones comparadas; eso significa que encontraba patrones que se repitieran en diferentes historias, a lo largo de diferentes lugares y épocas…y vaya que encontró varios. Eventualmente, todas estas comparaciones que eran el tema de sus clases en Sarah Lawrence las empezó a recopilar en un libro que fue publicado bajo el nombre de El Héroe de las Mil Caras.
En este libro de mitología comparativa, Campbell nos explica que las historias pueden tener un lugar y un tiempo (la antigua Grecia, por ejemplo), pero la estructura fundamental de todas ellas es siempre la misma. Esta estructura fundamental es lo que él llama el “monomito” (o sea, el ‘mito único’) o, el término que nosotros usaremos, “el viaje del héroe.”
Un héroe, un camino, un regreso
El viaje del héroe consta de varios pasos, divididos en tres fases: La separación, la iniciación, y el retorno. Antes de comenzar el viaje, reconocemos el mundo ordinario del protagonista. Este es el punto inicial de cada historia, el mundo al que nuestro héroe está acostumbrado. Tomemos como ejemplo La Guerra de las Galaxias. Luke Skywalker comienza la historia como un granjero trabajando para sus tíos en un planeta desértico. Pero entonces ocurre la separación, un evento clave que cambiará las cosas. Se sucede un llamado a la aventura (deben hallar a Obi-Wan) que el héroe primero rechaza (no puede dejar sus deberes en la granja), y luego acepta (asesinan a sus tíos). Luego el héroe atraviesa la iniciación. Tras cruzar el umbral (llegan a la taberna), comienza la aventura. Con la ayuda de un mentor (Obi Wan), una ayuda sobrenatural (el poder de la Fuerza) y algunos personajes antiheroicos (Han Solo), progresan en la travesía. En el vientre de la ballena (Han Solo los abandona y el malvado Darth Vader asesina a Obi Wan), se sucede el momento de máxima tensión, y el héroe debe completar la misión. Completa la gran prueba (destruir la Estrella de la Muerte) y obtiene el elixir (una medalla por su valor.) Al completar el retorno, Luke ya no es el chico temeroso poco predispuesto a la aventura; luchó por un bien común, convirtiéndose en pieza clave en la causa.
Fuente de la foto: Literary Somnia
Aquí va otro ejemplo, esta vez de la vida real, en donde cada paso está súper bien retratado:
Nelson Mandela
Mundo ordinario: Nace como RolilahlaMandela en 1918 en Sudáfrica, dominada por la cultura de segregación racial (apartheid), en el seno de una familia analfabeta y devotamente religiosa con dos hermanas. A sus 9 años su padre se marcha y muere de una enfermedad no especificada.
Llamado a la aventura: Escucha un discurso de joven sobre los males de la segregación racial, un discurso que lo marca profundamente y le hace reflexionar sobre sus propias experiencias con ese sistema social.
Rechazo: Aquí no hay; Mandela de inmediato se identifica con la causa y decide luchar por ella.
Cruce del umbral: Se muda de su pueblo natal, Mvezo, a la capital Johannesburgo. Se une al Congreso Nacional Africano como activista contra el sistema del apartheid.
Mentor: Walter Sisulu, otro activista contra el racismo, lo introduce en su círculo y mueve influencias para que pueda entrar a trabajar como aprendiz en la firma de abogados Witkin, Sidelsky y Eidelman. Propulsa así su carrera en Derecho lo cual también le serviría más adelante.
Ayuda sobrenatural: Su carisma, que le permite mover los corazones de los demás con su elocuencia y hacer valer su punto y su lucha.
Personajes antiheroicos: Daniel Francois Malan, imperialista y líder del Partido Nacional, asume el poder y empieza a socavar las protestas pacíficas.
Vientre de la ballena (punto de máxima tensión): Mandela es encarcelado junto con otros 150 activistas en 1956. Es a partir de aquí que debe hacer un sacrificio y no volver a ser líder activista; presencia desde su celda una masacre que lo encoleriza, pero también le hace comprender que, de intentar escapar y recuperar su antiguo puesto, más gente será injustamente castigada.
La gran prueba: Tras 25 años preso debe hacer el intento de cambiar las leyes racistas de su país. Lo consigue.
El elíxir: Mandela es liberado de prisión y se convierte en el primer presidente de color en Sudáfrica.
Como acabamos de ver, el recorrido del héroe es universal, y aplica tanto para personajes de ficción como para personas de la vida real.
¿Te sirvió este método rápido y efectivo para escribir tus historias? ¡Házmelo saber en la caja de los comentarios!
Oh, wow! Me encantó tu relato y análisis de Mandela. Soy tu fan!