El rincón del melómano: Mi viaje musical
No suelo compartir aspectos de mi vida en este blog. Por eso, esta entrada es especial. Compartiré con ustedes mi viaje a través del maravilloso mundo de la música. Es un viaje lleno de muchas vueltas y muchos artistas y bandas que han llegado a mi vida.
Los inicios: Mucho bailar…y poco escuchar
Algo curioso es que, si bien ahora mismo la música es una de mis más grandes pasiones, durante mis primeros años de vida no era algo que siquiera me llamara la atención. La música estaba en mi vida pero tampoco es que le hiciera mucho caso. La primera música pues que llegó a mi vida fue la música infantil, la música bailable para fiestas infantiles. Una vez en mi colegio hicimos una fiesta de Halloween donde todos nos disfrazamos y bailamos canciones infantiles a más no poder. Ese es uno de mis primeros recuerdos placenteros con la música.
Pasaron los años y la música prácticamente no tocó mi vida de alguna manera. Seguía sin encontrar algún artista o alguna banda que realmente me llegara, me hiciera sentir que algo dentro de mí cambió. Y ahora que me pongo a reflexionar es porque no me daba tiempo de analizar la música y descubrir las canciones o las letras que realmente me llegaran.
La música de los familiares
Como era de esperarse, la música que más escuchaba en esas épocas de mi vida (7, 8, y 9 años) era la música que ponía mi mamá. Mucho de Laura Pausini, La Oreja de Van Gogh, Adele, etc. Esa es la música a la que me acostumbré rápidamente. Y por parte de mi tía, puro Jamie Cullum. Que yo recuerde en esos años mi tía no ponía otra cosa que no fuera Jamie Cullum, el mismo disco, las mismas canciones. Pero era tan buen disco que no me podía quejar, además de que no había otras cosas que escuchar.
Toda esta música siguió siendo la norma en mi vida por los próximos 5 o 6 años, al punto que prácticamente no quería escuchar otra cosa que no fueran esos artistas. Prácticamente podría decirse que ya tenía, inconscientemente, una rutina musical muy específica que consistía en poner los mismos dos o tres discos (que eran de mi mamá) en mi grabadora y pasarme todo el día repitiéndolos.
Mi banda favorita por aquellos años era Camila. Me sabía de memoria todas sus canciones y prácticamente cuando me tocaba a mí elegir qué escuchar, siempre pedía el mismo disco de Camila, una y otra y otra vez. Prácticamente estaba loco por esta banda y no había un día que no los escuchara. Actualmente, si bien no sigo siendo un loco enfermo por este grupo, me siguen gustando y de vez en cuando escucho sus temas para revivir los viejos tiempos. Y entonces…
El punto medio
Me gusta llamarle el “punto medio” porque fue el punto en el que empecé a redefinir mis gustos musicales. Esto pasó en los años 2017 y 2018. En aquellas épocas prácticamente escuchaba todo lo que fuera popular. Justin Bieber, Enrique Iglesias. Y seguía escuchando también Camila, La Oreja de Van Gogh y la música que desde hace 5 o 6 años venía escuchando con mi mamá. No tenía nada más en mi repertorio musical.
Hasta que, y como por arte de magia, me empecé a obsesionar con la música en inglés de los años 80 y 90. Música que servía más para bailar que para cualquier otra cosa, pero simple y sencillamente no podía sacarme de la cabeza esas pegajosas melodías. También por aquellas épocas y gracias a mi mamá, descubrí la música de Luis Miguel, e igualmente se quedó en mi cabeza y en mi vida; conservo aún a Luis Miguel como un “placer culposo”. (considerando que soy metalero…)
Otra cosa que pasó fue que por esos años descubrí la película Volver al Futuro, y la escena en la que Marty McFly interpreta una canción de rock clásico es una de las que más me llamó la atención. Considerando el tema de la película no esperaba una escena así, pero esa fue la primera vez que yo escuché con detenimiento y análisis el sonido de una guitarra eléctrica, un instrumento del que no sabía nada (ni siquiera sabía nada sobre guitarra acústica o guitarra española porque la música bailable que por aquellos años escuchaba no solía tener ese instrumento) y que precisamente por eso me llamó la atención averiguar más sobre él. Y eso nos lleva a…
El rockero/metalero
El primer contacto que tuve con el rock clásico fue un disco llamado “MUSIC OF THE MILLENNIUM”. Era una compilación de hits de música popular del siglo pasado, con canciones de Supertramp, Queen, The Rolling Stones, ABBA, y Bob Marley, por nombrar algunos. Ese disco como que fue una especie de catársis, me abrió los ojos a artistas y grupos que durante muchos años simple y sencillamente ignoré, y me hizo ampliar mi repertorio musical e interesarme por bandas que nunca creí que me fueran a interesar.
Y llegamos al 2019. Me tomó 14 años de mi vida y muchísimo indagar, pero con el rock clásico (y el heavy metal) por fin encontré el género musical que me hablaba y con el que identificaba más. Era una sensación que no puedo describir, descubrir este género. Esas primeras canciones de Metallica, AC/DC, Scorpions, Van Halen. La primera vez que escuché las potentes voces, los solos de guitarra, y la carga emocional de esas canciones, sentí que algo dentro de mí cambió. En particular no podía dejar de escuchar las guitarras eléctricas, la gran complejidad técnica (aunque no lo parezca) de los solos y el cómo este instrumento le daba un sello único al género.
A partir de ahí, me terminó de crecer el cabello y fue que decidí tomar la guitarra eléctrica como instrumento. Actualmente continúo escuchando esas mismas bandas (y muchas más que yo mismo he descubierto) y continúo tomando clases de guitarra, para cada día mejorar mi vocabulario y mi técnica en el instrumento. El rock, el heavy metal y la guitarra eléctrica son ahora parte indispensable de mi vida. Todos los días me levanto con la meta de poder tocar las canciones de mis guitarristas favoritos, como Eddie Van Halen, Steve Vai, Slash, Jeff Beck, etcétera.
Un aficionado de la música
Actualmente la música en general es una afición en mi vida. Si bien mis géneros indispensables son el rock y el heavy metal (en todas sus variantes) también me gustan otros géneros como el blues, el jazz, la música clásica, y mis “placeres culposos”: El country pop, y la música bailable de los años 80 y 90. Siempre mantengo una mente abierta a todos los estilos y géneros musicales que escucho, reconociendo que cada uno de ellos tiene sus peculiaridades y características que los hacen grandes géneros.
A mis 16 años (casi 17), sin importar que esté escuchando Metallica, Stevie Wonder, Duran Duran, o One Republic, puedo decir sin una pizca de duda que la música es una parte tan indispensable de mi vida que, si no estuviera, no sería lo mismo. Ciertas bandas, canciones, me han acompañado en determinados momentos de mi vida. Con la música he construido memorias que van más allá de lo que puedo descubrir y también me han abierto las puertas a muchas posibilidades.
Para finalizar, tengo varias metas en el territorio musical. Por ejemplo, asistir a mi primer concierto o festival de rock y metal; conseguir que alguno de mis ídolos musicales (como Kirk Hammett o Steve Vai) me firme mi guitarra; y sobre todo, seguir experimentado, seguir soñando, seguir imaginando, seguir aprendiendo, y seguir disfrutando de la mágica creación de esos sonidos cuya principal fuente es el alma humana.
Ja!!!! Me encantó tu escrito de hoy.
Solo tengo unas cuantas observaciones. Tu primer acercamiento con la música fue muy muy personal tuyo y fue con el soundtrack de la película de Cars. Antes de que hablaras siquiera esa era tu pasión. El día que te compramos el CD y lo escuchaste, ese día empezaste a hablar y en inglés. Pero yo creo que ahí estaban ya tus gustos musicales. Recuerda que géneros están en ese soundrack.
Mi segunda observación es que me da gusto que no me eches la culpa de tu amor culposo a la música de los 80's 😂